27 noviembre 2007

¡Mira tras de ti!



Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el fin de impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese, a la manera de un dios omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas por la ley y la costumbre. Lo hacía pronunciando esta frase, "Respice post te! Hominem te esse memento!": "¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre" (y no un dios).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y como "hombre" tenemos limitaciones. Y como "hombre" podemos equivocarnos, recapacitar, volver a empezar...para volver a tropezar y levantarse. Sí, como "hombres" o mejor, como humanos, somos vulnerables y cometemos errores. De verdad que sería mejor ser un dios?. Ahí queda la cuestión, yo prefiero seguir con la condición humana.
(me ha gustado)

Anónimo dijo...

Las palabras que el siervo dirige a su general, para recordarle que no es un Dios, que es simplemente un hombre. Deberíamos de tenerlas siempre presentes los humanos. Es curioso, pero en el momento en que subimos un peldaño... ya imaginamos el mundo a nuestros pies. GRAN ERROR EL NUESTRO!. Este proceder demuestra lo "diminutos" que somos muchas veces.

Científico y Santo www. jmmc2001.blogspot.com

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Sócrates