12 noviembre 2006

Parténope, la más bella de las sirenas.



Las sirenas eran unos seres fabulosos que tenían cabeza y busto de mujer pero el resto del cuerpo de pez.
Y eran temidas por los navegantes, porque hechizaban con la seducción de sus cantos para atraer a los navegantes, que embelesados en admirar sus cantos se desentendían del gobierno de las naves y acababan naufragando. Antes de convertirse en sirenas, ellas eran tres ninfas: Parténope, Leucosia y Ligea, pero Parténope era la más hermosa.
Las sirenas vivían en unas rocas escarpadas y aisladas en el mar, entre la isla de Cáprea y las costas de Italia.
Y relata Homero que Ulises en uno de sus viajes, advertido del peligro, halló una solución: Tapó con cera los oídos de sus compañeros y él se hizo amarrar al mástil de la nave. Su viaje continuó felizmente y, tal como estaba profetizado, al haber sido vencidas por un hombre se precipitaran en lo profundo del mar.

Y aconteció que el cuerpo de Parténope fue a parar a una playa donde había una soberbia roca que los nativos llamaban Megaris. Un viejo lobo de mar que conocía las historias y leyendas de los griegos, identificó a Parténope y propuso que la enterraran junto a la roca. Luego fundaron a su alrededor una ciudad a la que llamaron Parténope, en honor de la bellísima sirena.

La peste asoló a Parténope cuyos habitantes fueron a consultar al oráculo, el que les dijo que para librarse de la plaga debían cambiar el nombre de su ciudad. Y así fue que decidieron llamar a la ciudad Parténope con el nombre de Nea Polis (nueva ciudad), que andando el tiempo se convirtió en Nápoles.

Científico y Santo www. jmmc2001.blogspot.com

Si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo..?”
Sócrates